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¡Atención! Cliente tóxico a la vista

Seguro que esta frase te suena.

Seguro que, como a mí, y después de unos cuantos años como autónomo, hay una Paquita Grillo que te la grita de vez en cuando en el fondo de tu conciencia.

Y, después de unas cuantas oxxxxxs, seguro que ya sabes cómo actuar cada vez que un cliente tóxico –o potencialmente tóxico, porque no hay que dejarlo invadir demasiado nuestra intimidad– asoma por el horizonte de la bandeja de entrada.

Ah, ¿que no lo sabes? Tranquilidad. Al final del artículo te digo qué tienes que hacer. Mientras tanto, te voy a dar unas cuantas pistas para que identifiques al próximo cliente tóxico que quiera amenizar tus jornadas laborales.

 

cliente-toxico-6 El espía de la KGB

Quiero empezar por algo suave. Ya sé que los espías de la KGB eran gente chunga (y lo siguen siendo), pero, en el mundo de los clientes tóxicos, no son los peores que te puedas encontrar.

Estos sujetos suelen aparecer en tu correo o en tu teléfono escribiéndote un mensaje en el que todo es TOP SECRET.

Normalmente, dicen que trabajan para alguien muy importante, sea persona o empresa, que prefiere permanecer en el anonimato. Luego, los detalles y las condiciones del trabajo también son top secret y se mantienen en el anonimato, pero siempre son la hosxxx y te pondrán en órbita.

Al final, te cansarás del misterio antes de saber algo concreto y, a lo sumo, habrás recibido alguna propinilla sumergida que ni de lejos compensa el tiempo y el esfuerzo dedicado.

 

cliente-toxico-5 El que te enseña tu trabajo

Estos no son de los más frecuentes, pero hay que reconocer que son de los más divertidos. Lo bueno es que se les ve venir desde lejos. Lo malo, que te tratan con unos niveles de condescendencia que nunca habías conocido. Porque, al hecho de que saben más que tú, hay que añadir que el cliente (ellos) siempre tiene la razón.

Hay que reconocer que, a veces, los proyectos en los que te meten pueden ser interesantes. Pero, de nuevo, llega un momento en el que, aunque te paguen bien, que te traten como a un machaca inútil sin criterio que solo se dedica a obedecer y ejecutar, llega a ser desesperante y aburrido.

La peor versión, por supuesto, es el que te quiere enseñar a hacer tu trabajo sin tener ni pxxx idea, que también los hay.

 

cliente-toxico-4 El que quiere el filete un poco más hecho

Son los que, una vez que terminas el trabajo, te piden alguna modificación. Y cuando se la envías, siguen teniendo otras modificaciones, otras peticiones y, finalmente, una gran protesta. Todo esto siempre lo quieren incluir sin un aumento del presupuesto y, claro está, cuando se les dice que no y lanzan su gran protesta, reclaman un descuento o amenazan con no pagar.

Tengo que reconocer que estos me tocan la moral especialmente, aunque hace un tiempo que no me pillan, porque he aprendido a atajar sus manías en las condiciones contractuales. Te recomiendo que hagas lo mismo, porque muchas veces no son fáciles de detectar y cuando crees que está todo ok, te sorprenden con revisiones y cambios en las condiciones.

cliente-toxico-3 El turras

Hay gente que curra mucho, lo cual está muy bien siempre que sea algo voluntario y no le toque la moral a los demás. Pero hay veces que estas personas se convierten en un cliente tóxico porque no son capaces de asumir que haya profesionales que tienen vida privada.

Ponte alerta cuando alguien de éstos te empiece a escribir a horas fuera de lo común, o en festivos, o en fines de semana. También si le gusta llamarte en lugar de dejar las cosas por escrito. Y, sobre todo, si te llama cada dos por tres y con menos pudor que tu pareja sentimental.

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cliente-toxico-2 El Guadiana

Seguro que alguno decís que este tipo de cliente tóxico no os molesta tanto. Son los que te contactan, te piden algo, llegáis a un acuerdo y luego desaparecen por semanas o meses, sin que puedas culminar el proyecto y, a veces, cobrar. Digo lo de a veces porque te recomiendo también que, en el contrato, incluyas el pago total o parcial al comienzo del trabajo.

En estos casos, hay gente que le echa mucho morro y desaparece para huir de sus compromisos. Otras veces, es verdad, es gente que tiene una carga de trabajo demasiado grande y se le va de las manos. Sea como sea, lo mejor es que no haya muchos de estos en tu vida.

 

cliente-toxico El cliente tóxico quintagama

Quintagama, quintaesencia, la cremita de los clientes tóxicos. Aunque no te creas lo que te voy a contar, esto también existe y ¡me ha pasado! El cliente tóxico quintagama es el cliente tóxico que reúne más de una, o todas, las circunstancias anteriores. Es muy turras en el día a día, desaparece cuando hay que pagar, nunca está satisfecho con las cosas y, además, viene con regalo sorpresa: ponerte a parir cuando decides que no quieres trabajar más con él.

No es fácil topar con un cliente tóxico así, porque cuando empieza a aparecer alguno de los síntomas, lo mejor es salir corriendo. Pero si estás espeso o no obedeces a tu instinto autónomo, puedes acabar sumergido en unas arenas movedizas y, lo que es peor, con un malestar psicológico que no compensa, aunque te paguen como si fuera una concesión pública.

 

¿Cómo actuar con un cliente tóxico?

Lo mejor, como ante cualquier enfermedad, es la prevención. Prepara bien tus contratos, tus condiciones, que quede todo bien claro y por escrito.

Pero, como hay clientes tóxicos que se las saben todas, tienes que tener bien clara la primera y única regla de cómo actuar con un cliente tóxico.

Diles adiós cuanto antes. Ya estás tardando.

 

Con esto, solo quiero decirte que estés muy alerta cuando tengas la más mínima sospecha. El instinto autónomo no suele fallar y te prometo que si empiezas un trabajo con un mínimo de desgana, la cosa nunca mejora, sino que va todo a peor.

Huye del cliente tóxico como de la peste y, si has leído este post y hay algo que te ha sentado mal, a lo mejor es que el cliente tóxico eres tú. Háztelo mirar y deja a la gente trabajar en paz 😀 .

 

 

 

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